Los choques entre EE.UU. y líderes latinoamericanos que marcaron cuatro décadas de tensiones
Por: Itzel Olivo
Durante los últimos 40 años, la relación entre Estados Unidos y América Latina ha avanzado entre momentos de diálogo y episodios de alta tensión. Aunque desde Washington se insiste en la cooperación, la democracia y el desarrollo, los hechos muestran que la región ha vivido sanciones, rupturas diplomáticas, presiones económicas y una larga lista de encontronazos que han dejado marcas profundas. Cada gobierno estadounidense ha tenido que lidiar con líderes latinoamericanos de fuerte personalidad y con agendas políticas que chocan con los intereses norteamericanos.
Desde la Guerra Fría tardía hasta los conflictos actuales por migración, narcotráfico, petróleo y crisis de derechos humanos, los roces han evolucionado según el clima político mundial. En muchos casos, las tensiones crecieron por decisiones unilaterales de Washington; en otros, por la respuesta desafiante de presidentes latinoamericanos que rechazaron lo que consideran intervenciones en su soberanía. Lo cierto es que ninguno de estos episodios ha pasado inadvertido, y todos han impactado la estabilidad regional.
Estos cuatro momentos claves en esta historia: el choque frontal entre Donald Trump y Nicolás Maduro, la ruptura acelerada entre Joe Biden y Daniel Ortega, el histórico deshielo entre Barack Obama y Raúl Castro, y la larga guerra verbal entre George W. Bush y Hugo Chávez. Cada caso muestra un estilo diferente de confrontación, pero todos explican por qué las relaciones entre Estados Unidos y América Latina siguen siendo complejas y llenas de tensiones.
Trump vs. Maduro

La relación entre Donald Trump y Nicolás Maduro fue una de las más tensas de los últimos tiempos. El gobierno estadounidense desconoció las elecciones venezolanas de 2018 y respaldó a Juan Guaidó como presidente interino, apoyo que llegó a más de 50 países. Trump impuso sanciones severas contra PDVSA, congeló activos del Estado venezolano en EE.UU. y sancionó a altos funcionarios por narcotráfico, corrupción y violaciones de derechos humanos. En 2019 llegó su frase más recordada: “todas las opciones están sobre la mesa”, insinuando incluso acciones militares. Maduro respondió acusando a Washington de intentar un golpe de Estado y rompió cualquier vía diplomática.
Biden vs. Ortega

Con Joe Biden, Nicaragua vivió una de sus etapas más duras frente a Estados Unidos. Tras las elecciones de 2021, Washington declaró que el proceso fue “una farsa” por la persecución contra opositores. El gobierno estadounidense aplicó sanciones, restricciones de visa y presiones en organismos internacionales. En 2023, Daniel Ortega expulsó a 222 presos políticos hacia Estados Unidos y desnacionalizó a más de 90 críticos, entre ellos periodistas, sacerdotes y figuras culturales. Biden denunció el giro autoritario del régimen, mientras Managua respondió acusando a EE.UU. de financiar “intentos de desestabilización”.
Obama vs. Castro

A diferencia de otros presidentes, Barack Obama apostó por un cambio histórico: restableció relaciones diplomáticas con Cuba en 2014, después de más de medio siglo de ruptura. Permitió vuelos, flexibilizó viajes, firmó acuerdos y visitó La Habana en 2016, convirtiéndose en el primer presidente estadounidense en pisar la isla en casi 90 años. Aunque el acercamiento tuvo apoyo popular, enfrentó críticas dentro del Congreso estadounidense y resistencias dentro del propio régimen cubano, que no avanzó en reformas profundas. Con Trump, parte del deshielo fue revertido.
Bush vs. Chávez

El conflicto entre George W. Bush y Hugo Chávez fue uno de los más tensos y mediáticos en la historia reciente del continente. Tras el golpe de Estado de 2002 en Venezuela —que Chávez acusó a EE.UU. de apoyar— la relación quedó completamente rota. Chávez calificó a Bush como “diablo” en la ONU y lo acusó de impulsar planes “imperiales” en América Latina. Bush, por su parte, criticó las alianzas del mandatario venezolano con Irán y Cuba. Hubo expulsión de embajadores, restricciones comerciales y una escalada verbal constante que definió buena parte de la política regional de esos años.
Cuatro décadas después, la relación entre Estados Unidos y América Latina sigue marcada por roces que van desde sanciones y disputas ideológicas hasta breves intentos de acercamiento. Aunque cada conflicto tiene su contexto, todos dejan claro que la región continúa siendo estratégica, pero también impredecible para Washington. Y así como algunos países buscan cooperación y acuerdos, otros levantan la voz para defender su soberanía. Lo que sí queda claro es que la historia política entre ambas partes todavía tiene muchos capítulos por escribirse.

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