Musk defiende su papel en el gobierno de Trump mientras se despide del DOGE

Con su estilo característico, Elon Musk pidió que alguien le contara un chiste antes de responder preguntas en su rueda de prensa del miércoles, en la Sala Roosevelt de la Casa Blanca. Así inició lo que parece ser el cierre de su etapa como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una oficina creada por el presidente Donald Trump para reducir gastos federales.
Entre risas, Musk reconoció lo surrealista de su papel. “¿No parece absurdo que tengamos al DOGE?”, dijo, en referencia a la popular criptomoneda Dogecoin. “Fue una moneda meme… ¿Cómo llegamos aquí?”, preguntó ante los periodistas.
Musk ha sido objeto de duras críticas por los recortes agresivos promovidos desde su oficina, con protestas contra Tesla y demandas que cuestionan la legalidad de sus acciones, como intentos de acceder a bases de datos sensibles como la de la Seguridad Social.
Balance de gestión: avances, pero lejos del objetivo
El multimillonario defendió su gestión, aunque admitió que no se alcanzaron los objetivos iniciales. El DOGE había prometido reducir un billón de dólares en gasto público, pero Musk afirma haber logrado 160.000 millones hasta el momento. “Se puede hacer, pero requiere lidiar con muchas quejas”, reconoció.
También confirmó que el DOGE ha tenido que reintegrar empleados despedidos por error, incluyendo personal de áreas clave como parques nacionales y regulaciones.
Controversias y tensiones dentro del gabinete
Aunque Musk aseguró tener buena relación con el gabinete de Trump, evitó detalles sobre tensiones con figuras como el secretario de Estado Marco Rubio. En cuanto a las críticas por vigilancia estatal, las minimizó: “¿No tenemos ya un estado de vigilancia?”, bromeó.
Además, defendió los intentos del DOGE de obtener acceso a datos personales para detectar fraudes, señalando que han derivado casos al Departamento de Justicia, aunque sin cifras claras.
Planes militares y control aéreo: Musk expande su visión
Musk también habló de sus recomendaciones al Pentágono, instando al secretario de Defensa, Pete Hegseth, a priorizar el desarrollo de misiles hipersónicos y drones sobre los sistemas tripulados. Mencionó esfuerzos del DOGE para mejorar la conectividad del sistema de control de tráfico aéreo.
Sin embargo, sus respuestas fueron muchas veces vagas o cargadas de ironía. Al preguntarle quién liderará el DOGE tras su salida, respondió: “El DOGE es una forma de vida. Como el budismo”.
De socio presidencial a figura de transición
Musk ha sido una figura central del nuevo gobierno, gastando cerca de 300 millones de dólares para apoyar la campaña de Trump. Ha viajado con él, dormido ocasionalmente en la Casa Blanca y mantenido una presencia constante durante los primeros 100 días de la nueva administración.
Ahora, planea dedicar menos tiempo a Washington. Asegura que seguirá siendo asesor del presidente, pero limitará su trabajo a uno o dos días por semana, debido a las restricciones de su estatus como “empleado especial del gobierno”.
Mantendrá su pequeña oficina en el Ala Oeste, que describe como segura precisamente porque “no tiene una buena línea de visión”. En sus palabras: “Es más difícil que me disparen”.
Con información de AP.
Por: Yari Araujo
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