Estrellas infantiles que pasaron por el infierno pero volvieron a empezar

Santo Domingo.- Muchas estrellas infantiles del espectáculo han llevado una vida tortuosa que se contrapone al glamur y el universo de ilusión que se ve en las pantallas de cine y televisión o en los conciertos.
Esto porque, el mundo del entretenimiento no es el más sano para un niño, viéndose expuestos a vicios desde una temprana edad.
La exposición, el estrés al que son sometidos por la presión de los productores, ha hecho, no solo que se pierdan de vivir plenamente la etapa infantil, sino que en muchos casos se convirtieron en adictos, incapaces de poder mantenerse en sus carreras y cayendo en los más profundos abismos de las dependencias de las drogas, el alcohol y otros abusos.
En ese sentido, no siempre logran superar esos obstáculos, contándose algunos casos, como los de figuras, como Drew Barrymore, Lindsay Lohan o Demi Lovato, quienes tocaron fondo pero pudieron retomar sus carreras de manera exitosa.
Drew Barrymore (Culver City, California, 1975), quien forma parte de una legendaria familia de actores, empezando por sus abuelos, Lionel Barrymore y Dolores Costello, su tía abuela, Ethel Barrymore, su tía Diana Barrymore, y su padre, John Drew Barrymore, entre otros, por lo que desde temprana edad estuvo envuelta en el universo mágico del cine.
A los seis años todo el mundo la conoció cuando interpretó a la pequeña Gertie Taylor, en la legendaria película “E.T. El extraterrestre” (E.T. The Extra-Terrestrial, Steven Spielberg, 1982), cuando tenía solo seis años. Su cercanía con el mundo del espectáculo con gente adulta, no solo en la pantalla, sino en su entorno familiar, la llevó a acercarse a alcohol con tan solo nueve años, y a la marihuana y la cocaína, debiendo entrar a rehabilitación a los 13 años.
Luego de pasar por el infierno que suponen estas adicciones, intentar suicidarse, la recuperación funcionó, y pudiendo lograr, algo que no muchos actores infantiles consiguen, y sobre todo con todos los problemas que se mencionan aquí, volver a ser popular en el cine siendo ya adulta. En ese sentido, los años 90 fuero para Barrymore de reconocimiento de su estatus de actriz de éxito en películas como “Cuatro mujeres y un destino” (Bad Girls, Jonathan Kaplan, 1994), “The Wedding Singer” (Frank Coraci, 1998) o “Los Ángeles de Charlie” (Charlie’s Angels, McG, 2000).
Lindsay Lohan (El Bronx, Nueva York, 1986) apareció en comerciales siendo una niña, y más luego en programas de televisión, pero su proyección llegó cuando protagonizó la comedia “Juego de gemelas” (The Parent Trap, Nancy Meyers, 1998), en la que hizo el papel de unas gemelas que eran separadas al nacer.
A esta le seguirían una serie de divertidas comedias infantiles y juveniles, como “Un viernes de locos” (Freaky Friday, Mark Waters, 2003), “Herbie a toda marcha” (Herbie: Fully Loaded, Angela Robinson, 2005).
Es en ese momento en el que mantenía un estatus de estrella juvenil en el que, las luces de la fama y los excesos de la vida nocturna en los Ángeles, aderezados con el divorcio de sus padres, la hicieron buscar refugio en sustancias controladas, como cocaína y metanfetamina.
Esto se tradujo en el deterioro físico y problemas con las autoridades. En 2007 fue arrestada mientras conducía bajo los efectos del alcohol, a lo que le seguiría una vida desenfrenada pero por lo menos tuvo la conciencia de buscar ayuda internándose en varias ocasiones en clínicas como la Betty Ford o el Wonderland Center, ambos en Los Ángeles.
En lo últimos años, luego de un tiempo retirada en Dubai, ha vuelto a renacer con películas como “Our Little Secret”, de Netflix y dirigida Stephen Herek, en 2024, por “Otro viernes de locos” (Freakier Friday, Nisha Ganatra, 2025).
Demi Lovato (Albuquerque, Nuevo México, 1992) es otra figura del entretenimiento internacional que tuvo una historia tortuosa y que recuperó el control de su vida personal y profesional. En el foco público desde que a la edad de 10 años participó en el programa “Barney & sus amigos”, para luego pasar a formar parte de Disney Channel en la película musical “Camp Rock”, y luego seguir alternando su carrera entre la música y la actuación.
Convertida en una figura relevante en el público juvenil, no fue sino hasta hace poco cuando reveló que a los 15 años fue violada por un compañero de uno de sus programas de televisión de Disney, aunque no dijo quien fue, o que en 2018 tuvo ataques al corazón y derrames cerebrales provocados por una sobredosis de drogas.
Tres años después de ese incidente, y de haber buscado ayuda, regresó a la música con un álbum con el revelador título de “Dancing with the Devil… the Art of Starting Over” (Bailando con el diablo… el arte de empezar de nuevo), que lanzó en 2021. Con ese mismo nombre publicó un documental de cuatro episodios, en el que abre su vida incluyendo el mencionado episodio de la sobredosis.
No todos los artistas infantiles y juveniles son capaces de seguir en el gusto popular una vez que pasan a la adultez. Es el caso de las antes mencionadas y de la mexicana Yuri (Veracruz, 1964), quien al igual que sus colegas anglosajonas, tuvo adicciones. La cantante inició a su carrera a los 12 años, y dos años después grababa su primer disco “Ilumina tu vida”.
Aunque el caso de la intérprete de “La maldita primavera” no fueron ni el alcohol ni las drogas, sino que su debilidad fue el sexo.
Según ha confesado en varias oportunidades, esta adicción la llevó a unos niveles de promiscuidad que le fue transmitida una enfermedad venérea que se llama papiloma cervicouterino, lo que casi le provoca un cáncer en la matriz.
El tomar conciencia de esos episodios la llevaron a acercarse a Dios, y como dice su canción, “Volver a empezar”, por lo que pudo encaminarse en la moderación algo que le ha permitido continuar con su carrera en las grabaciones y los escenarios y viene cada cierto tiempo a República Dominicana donde le une una legión de seguidores desde los años 80.
Por Pachico Tejada
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments