Tierras raras en Brasil: el recurso que ambiciona China y podría ser clave para negociar los arancelares de EEUU

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No todo estaría perdido en las negociaciones entre Estados Unidos y Brasil, a pesar de que los acontecimientos recientes evidencian una clara escalada en las tensiones bilaterales. Uno de los factores que podría reactivar el diálogo en los próximos días es el interés de la administración Trump en los minerales estratégicos que abundan en territorio brasileño.

La posibilidad de avanzar en las conversaciones también queda reflejada en los términos del decreto ejecutivo que formalizó un arancel del 50 % sobre productos brasileños, lo que representa un aumento del 40 % respecto al arancel del 10 % anunciado previamente el 9 de julio.

La medida no entrará en vigor de inmediato, como estaba previsto, sino el 6 de agosto, lo que otorga un margen adicional para negociaciones. El ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, se reunió con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, para reiterar la disposición de Brasil a negociar los términos arancelarios.

El Departamento del Tesoro de EE. UU. impuso también sanciones contra Alexandre de Moraes, juez del Tribunal Supremo Federal (STF) de Brasil, en lo que parlamentarios brasileños interpretan como parte de una estrategia para alejar al país de su relación con China y Rusia, y fortalecer su comercio con Estados Unidos. Una delegación parlamentaria brasileña, que concluyó recientemente una misión en Washington, sostuvo encuentros con representantes de ambos partidos estadounidenses.

De acuerdo con el senador Carlos Viana, los empresarios estadounidenses con los que dialogaron expresaron que “Brasil debe llevar a la mesa de negociaciones mucho más que una solicitud de eliminación o reducción de aranceles; debe retomar el diálogo de asociación con Estados Unidos, que lleva suspendido al menos tres años”.

La delegación alertó además sobre una nueva ley impulsada en Estados Unidos con apoyo tanto demócrata como republicano, que permitiría en 90 días sancionar a países que mantengan vínculos comerciales con Rusia. En el caso de Brasil, esto aplicaría únicamente a la compra de petróleo. “La política exterior brasileña está advertida desde ahora de que hay algo que podría afectarnos con mucha más fuerza; estamos dando esta alerta”, declaró Viana durante una rueda de prensa en Washington.

La Cámara de Comercio de Estados Unidos también expresó su preocupación por las medidas arancelarias y solicitó formalmente su suspensión. En una carta dirigida al secretario de Comercio, Howard Lutnick, y al jefe de la Representación Comercial de la Casa Blanca, Jamieson Greer, el vicepresidente de la organización abogó por revertir los nuevos gravámenes sobre productos brasileños.

En paralelo, Brasil ha adoptado un tono más conciliador. Luego de emitir declaraciones críticas hacia Donald Trump, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva moderó su discurso en una entrevista con el New York Times, afirmando: “Brasil se toma muy en serio la cuestión de los aranceles, pero sin sumisión”. Agregó: “Trato a todos con gran respeto. Pero quiero que me traten con respeto”.

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, también expresó una postura de cautela optimista respecto al rumbo de las conversaciones. “Las conversaciones están evolucionando. Y, en mi opinión, seguirán evolucionando. Independientemente de la decisión que se tome para el 1 de agosto, no significará el final, la conclusión. Es el comienzo de una conversación”, declaró.

El tema de los minerales estratégicos, entre ellos las tierras raras, aparece como un punto clave en la agenda bilateral. En días recientes, Estados Unidos propuso un acuerdo comercial centrado en este tema. Brasil posee, además del niobio, la mayor reserva mundial de grafito, la segunda de tierras raras y la tercera de níquel, recursos considerados críticos en las cadenas globales de tecnología y energía. La oferta fue presentada por Gabriel Escobar, encargado de negocios de la embajada estadounidense en Brasilia. Escobar visitó el Instituto Brasileño de Minería (IBRAM) para dialogar sobre un posible acuerdo y preparar una misión comercial a Washington con empresas mineras brasileñas.

En junio, Amcham Brasil, junto con la Cámara de Comercio de EEUU, presentó un plan conjunto con cinco áreas de cooperación, que incluyen cartografía geológica y sostenibilidad. El documento cita estimaciones de la Agencia Internacional de Energía, que proyectan un aumento de la demanda de litio hasta cinco veces para 2040. También se espera que la demanda de grafito y níquel se duplique, mientras que la de cobalto y tierras raras crecerá entre un 50 % y un 60 %, y la de cobre un 30 %, impulsada por el avance de la movilidad eléctrica.

Aunque la industria minera brasileña muestra interés, Lula ha cuestionado el enfoque estadounidense sobre estos recursos. “Si ni siquiera conozco este mineral y ya que es crítico, lo tomaré para mí. ¿Por qué debería dejarlo para otros?”, declaró. Y agregó: “El pueblo brasileño debe tener derecho a disfrutar de la riqueza que estas cosas pueden producir. Es sencillo. No queremos nada de los demás; solo queremos garantizar que lo que es nuestro pueda generar riqueza, para que este país deje de ser un país en desarrollo perpetuo y se convierta en un país altamente desarrollado”. El mandatario insistió en que cualquier iniciativa debe mantenerse “bajo el control de Brasil”.

No obstante, las exportaciones de tierras raras de Brasil a China se triplicaron desde comienzos del año. Según el Consejo Empresarial Brasil-China (CEBC), el valor de estas exportaciones alcanzó los 6,7 millones de dólares. China, principal productor mundial de tierras raras con 270.000 toneladas en 2024, domina el mercado global y utiliza esta ventaja en las negociaciones internacionales. Un ejemplo reciente fue el levantamiento por parte de Estados Unidos de restricciones a la exportación de chips avanzados de Nvidia hacia China, luego de acuerdos relacionados con tierras raras.

Brasil alberga la segunda mayor reserva mundial de tierras raras, estimada en 21 millones de toneladas, frente a los 44 millones de China, según el Servicio Geológico de EE. UU. Estudios recientes identificaron depósitos estratégicos en la cuenca del río Parnaíba, en los estados de Maranhão, Piauí y Ceará. Además, el país busca el reconocimiento de la Elevación del Río Grande como parte de su plataforma continental. Esta formación submarina, rica en minerales estratégicos, podría fortalecer la posición brasileña en el mercado global.

En Minaçu (Goiás), existe un yacimiento de tierras raras en arcilla iónica, único en el continente con explotación comercial. También se han detectado indicios en Amazonas, Minas Gerais y Bahía. Sin embargo, la producción nacional sigue siendo baja, con apenas 20 toneladas en 2024, lo que revela una gran diferencia entre el potencial geológico y la capacidad productiva actual. “China tomó una decisión estratégica hace décadas: dominar toda la cadena de producción de tierras raras. Eso es precisamente lo que le falta a Brasil”, explicó el profesor Fernando José Gomes Landgraf, de la Universidad de São Paulo.

El Ministerio de Minas y Energía está elaborando una política nacional para estimular la exploración y procesamiento de minerales estratégicos, que será presentada a Lula en los próximos meses. Además de tierras raras, Brasil cuenta con grandes reservas de litio, cobre, uranio, manganeso, grafito, cobalto y niobio.

Recientemente, la empresa china CNMC adquirió por 340 millones de dólares la minera Taboca, ubicada en la Amazonía brasileña. También, la compañía china MMG compró dos minas de níquel en Goiás por 500 millones de dólares, con reservas adicionales en Pará y Mato Grosso. En marzo, Baiyin adquirió una planta de cobre en Alagoas, y la automotriz BYD obtuvo derechos de exploración de litio en Minas Gerais.

BYD ha solicitado al Gobierno brasileño una reducción de impuestos de importación para vehículos semimontados (SKD) y desmontados (CKD). En respuesta, automotrices como Volkswagen, Toyota, Stellantis y General Motors advirtieron que esa medida afectaría el empleo y el valor agregado local. Igor Calvet, presidente de Anfavea, afirmó que podrían revisarse inversiones por hasta 180.000 millones de reales (32.267 millones de dólares).

La Asociación Brasileña de Ingeniería Automotriz (AEA) también expresó su preocupación. Aunque BYD inauguró una planta en Bahía, la producción aún no ha comenzado y podría retrasarse. La empresa solicitó ampliar el plazo para importar vehículos SKD y CKD, mientras enfrenta críticas del sector automotriz. En un comunicado, BYD calificó a sus competidores de “obsoletos” y criticó lo que consideró una “carta dramática”.

El caso fue debatido esta semana en una reunión extraordinaria del Comité Ejecutivo de Gestión de la Cámara de Comercio Exterior (Gecex-Camex), que decidió adelantar a enero de 2027 la entrada en vigor del aumento arancelario originalmente previsto para julio de 2028. BYD y otras importadoras obtuvieron además una cuota adicional de importación libre de aranceles por un valor de 463 millones de dólares.

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