El papa Francisco será recordado por su cercanía, sentido del humor y gestos espontáneos

El papa Francisco será recordado por su estilo juguetón, bromista y cercano, y por haber roto como ningún otro el protocolo vaticano, incluso las estrictas medidas de seguridad. Durante su pontificado, convirtió los gestos simples y la espontaneidad en una marca personal que lo acercó a millones de personas.
A diferencia de sus predecesores, Francisco no temía desviar la agenda, acercarse sin barreras a los fieles, e improvisar durante sus actos públicos. En varias ocasiones, se lo vio abrazando niños, acariciando animales, jugando con perros, o bebiendo mate en plena audiencia. También llegó a acariciar un tigre, gesto inusual en el entorno controlado del Vaticano.
Esa proximidad física y emocional fue constante. El pontífice argentino evitaba el exceso de formalidad y prefería comunicarse con gestos sencillos. En lugar de vehículos blindados, optaba por traslados más simples. A menudo sorprendía a su equipo de seguridad con cambios repentinos de rumbo para saludar a alguien en la multitud.
Francisco también hizo del sentido del humor una herramienta pastoral. Sus bromas e intervenciones informales durante eventos religiosos o diplomáticos lo convirtieron en un líder carismático, distinto del molde tradicional papal. No solo predicó sobre la humildad y la sencillez, sino que las vivió a diario.
A lo largo de su pontificado, demostró que el cargo de Obispo de Roma no lo alejaba del pueblo. Su forma de romper el protocolo fue una expresión de su visión: una Iglesia que escucha, acompaña y se acerca, incluso cuando eso implicaba ir en contra de las formas establecidas.
Por: Itzel Olivo
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